Apoyo los pies sobre la madera y siento la escarcha. Refriego mis ojos. La luz del sol todavía está lejos de la ventana. Aún perduran esas escasas horas de silencio en la ciudad que se marcharán antes de que termine el café. Enciendo la lámpara.

Tengo los ojos abiertos, pero me cuesta encontrar las imágenes que no sé si alguna vez percibí. El lápiz se pasea entre mis dedos. Emprendo el viaje.

Llevo pocas horas caminando pero ya estoy muy lejos para volver. El cielo se volvió blanco como el lienzo que me rodea. Creo haber llegado. Cierro los ojos, avanzo lentamente y los pasos se hunden en la niebla. Todo es blanco, mi mirada se acostumbra al terciopelo.

La textura se vuelve cuerpo. El lápiz acaricia la hoja casi sin tocarla, casi sin hablar, su sonido deja la estela de la presencia. 

El tiempo se grabó en sus poros. El aire arañó la ladera. Ahora la quietud y el silencio son su eterna compañía. El vapor se densifica. La áspera geografía se ha vuelto albina.

Ya te puedo ver.

Sobre la artista:

Cintia Fernandez Padin

Nace el 7 de Julio de 1983, en Jujuy, pero se crió y vive en Buenos Aires. Finaliza los estudios de Lic. en Artes Visuales U.N.A. Durante los años 2006 al 2012 forma parte de la Cátedra OTAV Grabado y Arte Impreso de H. Beccaria. Ha asistido a diversos talleres dictados por Matias Galli, Eduardo Stupía, Margarita García Faure, etc. Participó de diversas clínicas a cargo de Elena Nieves, Jorge Sarsale, Verónica Gómez y el programa Manglar-Acéfala.