El eje temático de esta muestra gira en torno a la memoria, abordándola desde dos perspectivas distintas: la científica, como la plantea el destacado psicólogo D. Schacter en su libro Los siete pecados de la memoria (2001), y la emocional, que se relaciona con las experiencias humanas significativas.

Dentro de la perspectiva científica, Schacter nos guía a través de los siete pecados de la memoria, revelando los misterios de la fugacidad, el bloqueo, la falsa atribución, la sugestibilidad, el recuerdo sesgado, la distracción y la persistencia.

A lo largo de la historia, a su vez, el deterioro de la memoria ha sido objeto de análisis rigurosos, como lo demostró H. Ebbinghaus a partir de su estudio sobre las «curvas del olvido», publicado en Sobre la memoria (1885).

No obstante, la dimensión emocional de la memoria se desenvuelve sin las ataduras de estructuras racionales y normas de conducta; se rige por un entramado de factores que rodean una experiencia particular, como su importancia, el impacto emocional, la invasión de la privacidad y las circunstancias personales. Cada individuo, en su proceso de recordar u olvidar, parte la realidad, la deconstruye y la reelabora de manera única.

En mi obra expreso mi punto de vista sobre la memoria, utilizando el color y la forma para estimular la imaginación. Representar la memoria a través del arte es un desafío, similar a traducir una realidad al lienzo, ya que, en última instancia, todo, incluso lo científico, se experimenta y se expresa de manera subjetiva en el mundo del arte.

– Raúl Maceratin