Lisa es una adolescente fanática de la literatura clásica. Vive con su mamá y lleva una vida tranquila, sin sobresaltos. Suele pasar los días sola en su habitación disfrutando de sus libros. Pero una tarde, un trueno interrumpe la lectura de Lisa, quien es mágicamente transportada a un mundo diferente y fantástico: la Ciudad de las Etiquetas. Al llegar, comprueba que su libro favorito ha desaparecido. Lisa querrá recuperar su libro a toda costa, y en el camino irá conociendo a los habitantes de aquella ciudad, tan diferente a la suya. No será tan sencillo entenderse con ellos, ya que los creerá locos, ansiosos, miedosos y egoístas. Así, Lisa va a conocer un mundo de etiquetas que podrá transformar con su presencia. Allí nada volverá a ser igual. Y ella tampoco.

El valor más significativo que rescata la obra es la importancia de generar encuentros con un otro, desde nuestras posibilidades y con nuestras diferencias. De esta manera es posible generar vínculos que resulten significativos y transformadores y valorar aquellos encuentros que, lejos de etiquetar y excluir al otro, incluyan y celebren las diferencias, y respeten los derechos de todos.   

Creemos profundamente en la necesidad de una infancia libre de etiquetas, en donde los niños y niñas tengan derecho a ser mirados y escuchados sin ser clasificados. Sostenemos la importancia de construir entre todos una sociedad donde se respeten los tiempos de los otros y en donde exista igualdad de oportunidades para todos. En este caso, puntualmente procuramos la inserción laboral en ámbitos artísticos para personas con discapacidad. 

La inclusión es una experiencia enriquecedora, y el arte nos da la posibilidad de demostrarlo.