Una madre junto a su hija viven recluidas en un pueblo del sur, regentando una pequeña pensión de paso para los viajeros de la zona. La madre, quien tomó la decisión de instalarse allí, basó esta razón a partir de acontecimientos oscuros a los que fue expuesta en su pasado, mientras aún vivía en la ciudad. Para la hija, en cambio, que nunca fue parte de esa decisión, este pueblo desértico es un lugar de hastío del cual sólo piensa escapar algún día, con el afán de volver a aquella ciudad que nunca llegó a conocer. Para lograr este cometido necesita dinero y lo que les deja el trabajo en la pensión no es suficiente, por lo cual decide, empujando con ella a su madre, empezar a robarles a muchos de los viajeros que se hospedan allí. De a poco, esta práctica se va intensificando, al punto de que, incluso, algunas de sus víctimas son asesinadas.

En el marco de estas circunstancias, llega a la pensión Juan, quien, al nacer, fue separado de su madre para ser criado por una familia rica en la ciudad. Casi cincuenta años después descubre esta realidad y decide ir detrás del encuentro de su madre biológica y hermana. Con todo el temor y las contradicciones en torno a cómo develar su verdadera identidad, se aloja en la pensión como un huésped más, esperando el momento oportuno para presentarse frente a ellas. Lo que no sabe es que, para los planes de éstas, podría convertirse en la víctima perfecta.

La obra plantea una lectura actual de un clásico como lo es El malentendido (1944) de Albert Camus.