Marcas vinculares presenta obras recientes de Rocky Cervini, acompañadas por texto de sala de Laura Batkis. Las pinturas retratan la fragilidad de las personas en sus relaciones afectivas y la conexión profunda entre el padecimiento emocional y físico. Seres inmersos en la complejidad de los vínculos, indefensos, cuyo dolor trasunta en el cuerpo.

En Marcas vinculares las pinturas de Rocky Cervini indagan la fragilidad de las personas en sus relaciones afectivas, como también la profunda conexión que habita entre el padecimiento emocional y el físico. La artista retrata, entonces, a seres inmersos en la complejidad de los vínculos que los subyugan, cuyos dolores trasuntan en los cuerpos.

Como traductora y artista visual, Rocky usa las palabras y la materia como instrumentos simbólicos para representar significantes. En una investigación lúdica del lenguaje visual, descubre, conjuga y deconstruye sus materiales, similar a un proceso teatral. En el teatro los personajes recorren un camino dimensional, el cual suele comenzar en la mente del dramaturgo, se traslada al texto dramático y cobra vida en quienes los interpretan frente al público, para, una vez finalizada la función, retomar la inmaterialidad, donde descansan en la memoria del espectador.

Este recorrido conceptual-material-inmaterial es el mismo que aborda Rocky: concibe sus personajes a partir de una marca vivencial, los plasma en el boceto y los vuelca a lo pictórico, donde reviven, dialogando con el observador, en una danza de luces y sombras que deja una marca incorpórea en el recuerdo de la experiencia.

Sus seres se escapan del plano bidimensional y, como en un juego de insuflación de vida, el dolor se sublima en una pulsión de vida superadora que transmuta, vencedora, apropiándose de la acción.

La muestra es acompañada por un texto de sala de la curadora Laura Batkis.